Confidencias.

Lecturas para insomnes. (I-II-III)
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Mira la curva que te hace el cuello al unirse con los hombros. Es perfecta. Me encanta besarte ahí. Además, me gusta porque cuando te beso, inclinas siempre la cabeza hacia el otro lado para que te pueda besar mejor y cierras los ojos…parece como si entraras en trance.
—¡Cállate por favor!, que me entran escalofríos.
—¿Y tus caderas? Nunca…

Conjuros.

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A unos cien metros de la casa hay un olmo y bajo él, disimulada por la vegetación, una piedra plana. Allí el ama degolló el gallo, recogió la sangre y le arrancó las plumas de la cola. Mientras yo sumergía las manos en la sangre caliente, al pie mismo del árbol, como ofrenda a ese árbol sagrado, el ama enterró las figuras que había preparado, con la cabeza y las plumas del gallo para que todo junto, se transformara en polvo y tierra. El resto del animal, se lo dió a la criada como pago por sus servicios.

Visión.

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Cómo olvidar aquella tarde de un caluroso día de mediados de septiembre cuando, al pasar por la puerta de la habitación en la que se cambiaba Candi antes de realizar sus tareas, que por descuido había quedado entreabierta, ví por primera vez una mujer real, de carne y hueso, semidesnuda, solo con bragas y sujetador, que estaba doblando la ropa recién quitada, para ponerse después la bata de trabajo. Quedé paralizado por la sorpresa. En la semiobscuridad de la habitación, con las persianas bajadas por el calor, su blanco cuerpo se movía como hoja mecida por el viento. A esa edad ya había tenido acceso a revistas con fotos de mujeres desnudas, pero no era lo mismo ver una fotografía que ver una mujer real, moviéndose…

Secretaria eficiente.

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—Esta mañana a última hora, mi jefe, que… ¿lo has visto?, ha venido hoy con la camisa rosa, esa que le siente tan bien…¡que guapo está!..es que es verlo y se me aflojan las bragas… bueno va y me dice: Inma, necesito un expediente del archivo, ¿quiere ayudarme a buscarlo?

—¡Claro jefe!, Como no. A ver déme los datos.

—Y mientras vamos por el pasillo me da una nota con los datos del cliente. Entramos en el archivo, busco por los estantes y cuando lo encuentro, estaba en la cuarta balda, así que arrimo la escalera, me subo y como la escalera tiembla un poco él la sujeta. Localizo el expediente, y al bajar, no se que ha pasado, pero al verlo allí tan cerca —que bien huele el jodío— los dos solos en el archivo, que sabes que no entra casi nadie, chica, no se, creo que ni me he dado cuenta de lo que hacía, pero al bajar le he arrimado el culo a la polla, pero de una forma descarada. Y me he quedado allí quieta, notando como se le empinaba, que debe tener un pollón de cuidado.

—¿Y él que ha hecho?

……..